La reubicación del aeropuerto se anunciaría pronto
La propuesta para reubicar el aeropuerto de Mérida fue una idea concebida desde su inicio por un grupo de empresarios locales, encabezado por José Antonio Loret de Mola Gómory y el gobernador Mauricio Vila Dosal, que luego adoptó el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, confirma una fuente gubernamental, cercana al proyecto.
López Obrador vio con simpatía este plan desde el planteamiento que Vila Dosal le hizo someramente el 4 de diciembre de 2018, durante una reunión en Palacio Nacional. Posteriormente, el gobernador le dio más detalles en otra reunión en Mérida, en Palacio de Gobierno, en marzo de 2019.
El Presidente apoyó la idea desde un principio, dice la fuente, entre otras cosas, porque embona muy bien con el proyecto del Tren Maya, y no requiere de recursos públicos para su concreción. Además, puede permitir el reordenamiento territorial del sur de la ciudad.
Como hemos informado, este proyecto, cuyo anuncio oficial podría darse en las próximas semanas, implicaría una inversión totalmente privada de 10,000 millones de pesos y la generación de ocho mil empleos, durante su construcción.
El enlace entre los promotores locales del proyecto y el gobierno federal es Rogelio Jiménez Pons, director de Fonatur y encargado de la construcción del Tren Maya. Ellos empezaron a trabajar el plan desde febrero de 2019.
Luego del visto bueno del Presidente, Jiménez Pons dio a conocer un “modelo conceptual” del nuevo aeropuerto, el 25 de junio de ese año, que incluye la posibilidad de tener cerca una estación del Tren Maya y un centro logístico adjunto.
La actual terminal aérea, de acuerdo con ese modelo, podría reubicarse al sur de Mérida, en el municipio de Umán, donde precisamente Loret de Mola posee una superficie de 2,000 hectáreas.
El 18 de abril de este año, en entrevista con Diario de Yucatán, el empresario dio casi como un hecho la ejecución del proyecto, proporcionó más detalles de él y confirmó el interés de su compañía, Ciclo Corporativo, por participar en la licitación de la obra, a la que convocaría el gobierno federal, bajo el esquema de Asociación Público-Privada.
Las secretarías de Comunicaciones y Transportes y de Hacienda y Crédito Público serían las encargadas de establecer los términos de esa licitación y de decidir si en ésta se incluye, además de la reubicación del aeropuerto, la construcción de un centro logístico.
Postura estatal
Al día siguiente de las declaraciones de Loret de Mola Gómory, Vila Dosal en rueda de prensa, respondió que aún era muy prematuro hablar de ese proyecto. “Nosotros no vamos a aprobar ningún proyecto hasta no tener toda la información del tema financiero, de los que pasará con los terrenos del viejo aeropuerto y de cuáles serán las condiciones del nuevo aeropuerto”.
“Queremos tener una terminal mejor, no que tenga menos cosas de lo que tenemos hoy en día; entonces, yo creo que, en ese sentido, es un poco prematuro anunciar ya un nuevo aeropuerto cuando todavía algunas de esas cosas están en el aire”, indicó.
Sin embargo, apenas cuatro meses después, el seis de agosto, en un comunicado de prensa, Vila Dosal informó, al salir de una reunión con el Presidente, que pronto se haría el anuncio formal del proyecto.
La propuesta de reubicación es de un grupo de empresarios locales y del gobernador, precisa la fuente. El gobierno Federal no tiene nada que ver, pero la apoya, porque la considera una propuesta positiva y viable.
Empero, según la fuente —que conoce bien los detalles del plan de reubicación— al gobierno local le ha faltado socializar el proyecto, que éste se conozca y se discuta, porque la falta de información puede ocasionar un clima social adverso. Ya lo vimos con Metropolisur, el fallido plan de Patricio Patrón Laviada para reubicar la terminal aérea a Hunucmá. No solo los diputados se opusieron a aprobar un préstamo “puente” para los gastos del proyecto, sino mucha gente lo criticó porque vieron, sin mucha razón, un negocio especulativo detrás.
Por allí vendrán las críticas y por eso creo que es necesario ventilar más los detalles y propósitos del plan del aeropuerto que, en mi opinión, es “casi perfecto”, pero hay que consensarlo. Continuará.—HERNÁN CASARES CÁMARA